En la era de la información, las historias están siendo sacrificadas en nombre de la prisa. Las inquietudes, los problemas, la propia vida, deben caber en el espacio de un mensaje de Twitter. Es lo que muchos han descrito como un analfabetismo causado por el exceso de información. El paso decisivo consiste en que esa deficiencia ya no se limita a nuestra visión de lo que nos rodea: ahora lo aplicamos sobre nosotros mismos. Hemos modelado nuestra mirada al interior según el patrón con el que hemos mirado al exterior.
Raúl Minchinela
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